Ponemos en una bandeja grande de horno papel. Mezclamos todos los ingredientes de las albóndigas en un bol grande, con suavidad, usando las manos. No hay que mezclarlo demasiado porque si no quedarán demasiado densas.
Hacemos albóndigas pequeñitas, del tamaño de un bocado, que puedan caber en una cucharada. Las reservamos.
En una cazuela grande con tapa, ponemos un chorrito de aceite y cocinamos la cebolla picada a fuego medio, removiendo durante 10 minutos hasta que quede blandita. Añadimos el perejil y el orégano y lo cocinamos durante un minuto. Añadimos el vermú o el PX y dejamos que hierva otro minuto más. Incorporamos las dos latas de tomate. Una vez vacías, tomamos una como medida y añadimos 2 medidas agua. Salamos y llevamos a ebullición durante al menos 10 minutos tapadas y a fuego lento.
Pasados esos diez minutos, destapamos la olla y añadimos las albóndigas. Hay que ponerlas desde el exterior en círculos concéntricos. Volvemos a llevar la olla a ebullición y cocinamos a fuego medio durante 20 minutos.
Subimos el fuego y añadimos el orzo. Lo cocinaremos durante 10/15 minutos sin dejar de removerlo para que no se pegue. La salsa adquirirá consistencia.
Una vez veamos que ya está cocinado el orzo, lo servimos y añadimos el queso parmesano rallado y un poco de perejil para adornar.